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Humedades por condensación: cómo reconocerlas y prevenirlas

Publicado por Nadine Hurtado en 03 de abril de 2019
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Tener humedades en casa puede causar diferentes problemas. Por un lado de calidad del aire interior, y por otro la aparición de hongos. Este segundo problema ya que el hongo es un organismo vivo que seguirá reproduciéndose si no atajamos el problema de raíz. Las humedades pueden producirse en muchas zonas de la vivienda aunque las más afectadas habitualmente son la cocina y el baño, donde se genera gran cantidad de humedad, y las paredes de las fachadas exteriores de la vivienda.

 

 

Humedades en la fachada: ¿por condensación o por filtración?

Para poder resolver un problema es importante poder reconocer cual es la causa. Cuando tenemos humedades en la pared de las fachadas es importante saber cual es el origen. Las humedades se producen principalmente por filtración o por condensación. En el caso de las humedades por filtración estas se deben a algún defecto en el aislamiento en paredes y techos de la casa con el exterior. Debido a la falta de mantenimiento de las fachadas de nuestro edificios es muy habitual que surjan humedades en periodos de lluvias, por ejemplo. En este caso es importante reparar la fachada, porque si no el problema persistirá, volviendo a cada nueva época de lluvias. En el caso de las fachadas, al tratarse de un elemento comunitario, debería ser la comunidad de propietarios la responsable de la reparación y mantenimiento de la misma, al igual que pasa con la cubierta, pero es importante tenerlo en cuenta y revisar el estado de las mismas y solicitar su reparación lo antes posible.

Otra de las posibilidades es que la filtración se deba a una fuga de una tubería, que es lo más habitual cuando la humedad se encuentra en una pared interior. En este caso es necesario detectar la fuga, repararla y posteriormente arreglar la pared con pintura nueva y un fungicida adecuado.

Las humedades por condensación se deben a un exceso de humedad ambiental. Existen varios motivos por los que se producen estas humedades. Por un lado las propias actividades domésticas (cocinas, el vapor de una ducha, la humedad generada por las plantas y todos los seres vivos que habitan la casa…). Para visualizar la diferencia de humedad, una familia de 4 miembros genera al día 9 litros de agua que se evapora en el aire generando niveles de humedad muy diferentes respecto al exterior. Cuando tenemos una humedad superior en el interior de la que hay en el exterior se producen condensaciones. Son mucho más frecuentes en invierno que en verano, ya que son periodos más fríos y ventilamos la casa con menor frecuencia.

 

¿Cómo identificar las humedades por condensación?

Una forma rápida de detectarla es por la formación de gotas de agua en la propia ventana. Cuando estas aparecen además de en los propios cristales, en los marcos de la ventana, suelen ser un indicador de que existen humedades por condensación en la vivienda. Sin embargo, si quieres saberlo a ciencia cierta lo mejor es utilizar un higrómetro, que nos dará un indicador exacto de la humedad. Para ello, toma primero una medida del exterior y luego otra interior. Si por ejemplo, la humedad relativa exterior es del 40% y la interior del 70%, debemos tomar medidas para regularla y equipararla en la medida de lo posible.

 

 

¿Por qué se dan las humedades por condensación?

Es difícil diagnosticar las humedades por condensación, pero de forma general se dan porque no existe circulación de aire entre las zonas interiores y exteriores. Una de las causas es que los sistemas constructivos actuales buscan un sellado al milímetro, de modo que se mejora el confort térmico de la vivienda, pero en ocasiones se generan problemas como éste. Paredes mal aisladas, puentes térmicos, carpinterías y cristales son puntos fríos que permiten que la humedad ambiente del interior de la vivienda pase a estado líquido formado agua.

Otro de los motivos es un mal régimen de calefacción. El aire caliente admite más humedad en forma de vapor que el aire frío. Una mala regulación de la calefacción con variaciones bruscas de temperatura implica problemas de condensación: en paredes, ventanas, etc.

La ventilación insuficiente es otra de las causas. La buena noticia es que es una de las que se puede solucionar de forma más sencilla, simplemente abriendo las ventanas periódicamente.

¿Cuáles son las consecuencias de las humedades?

La condensación de la humedad generará con el tiempo manchas en las paredes, aparición de moho y olores desagradables. Aunque por supuesto las humedades son un problema estético, la presencia de moho y ácaros acarrean serias amenazas para la salud y el contenido de la vivienda. Estos microscópicos microorganismos se propagan a través del aire y son respirados por las personas que están en este espacio, por lo que pueden agravar enfermedades respiratorias, como son el asma o las alergias. Otra de las consecuencias es que acortan la vida útil de los muebles, sobre todo de aquellos que están fabricados en madera.

 

Tratamiento de las humedades

Una vez han salido humedades lo principal es acabar con el hongo. Se trata de un organismo vivo, por lo que si simplemente se limpia con lejía y luego se pinta corremos el peligro de que el hongo continue extendiéndose. Por ello, se recomienda aplicar un tratamiento fungicida en primer lugar. Una vez la pared esté seca ya se puede proceder al pintado. En el mercado existen gran cantidad de aditivos para añadir a la pintura que previenen la aparición de hongos, por lo que si tienes problemas de condensación es recomendable añadirlo a la pintura a aplicar. Para ello lo mejor es pedir consejo en tu tienda de materiales o a tu reparador de confianza.

 

Prevenir las humedades

Existen muchas medidas que podemos llevar a cabo para prevenir las humedades. Lo aconsejable es comenzar por las más sencillas y si el problema es persistente continuar a otras de mayor magnitud:

  1. Ventila: Lo primero de todo es ventilar la casa de forma adecuada, por ejemplo durante 5-10 minutos por la mañana y de nuevo por la tarde.
  2. Cambia tus hábitos: algunas cosas sencillas como encender siempre la campana extractora, ventilar después de usar la ducha o ubicar la secadora en una zona con una ventana exterior abierta, serán suficientes para reducir la humedad interior.
  3. Controla la humedad: un pequeño aparato para conocer en todo momento la humedad relativa de nuestra vivienda, nos puede dar una idea clara de cuando es necesario ventilar.
  4. Deshumidificador portátil: Si el problema persiste plantearte hacerte con un aparato de este tipo. Son portátiles y algunos de ellos también se pueden programar.
  5. Ventanas con rotura del puente térmico: si notas que hay gotas de agua en los marcos de tus ventanas, significa que hay puente térmico, por lo que la transmisión del calor no es la adecuada. Unas ventanas con rotura de puente térmico minimizarán las humedades por condensación.
  6. Sistemas de deshumidificación fijos: son una inversión más alta, pero están completamente automatizados y aseguran la renovación del aire de la vivienda aproximadamente 20 veces al día.

Fuente: Pedro Martín Llach

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